domingo, 30 de enero de 2011



No sé cómo he logrado esconderme, pero por primera vez en la vida tengo miedo. No debí haberme fiado de Rina, es ella la que me ha traído a este lugar y por su culpa tengo que estar escondiéndome.
Estoy confusa y además mucho. No puedo mas, siento que me ahogo.

Todo por hablar y fiarme de esa chica que me había parecido muy especial. ¿Qué hago? No puedo hacer nada, sólo esperar a que mi cuerpo se vaya debilitando poco a poco y se haga cenizas y polvo.

Ya nada es especial, no puedo tener ilusión por nada y estoy tan decepcionada...ni siquiera puedo tener ilusión por lo que había en la caja puesto que es como si no la tuviera.

Ahora siento que no tengo nada sólo un tremendo dolor en mi interior y en mi propio cuerpo. Espero dejar de existir pronto para que se acabe todo este dolor.

Ahora si que la palabra ''agonía'' define mi estado.

miércoles, 26 de enero de 2011



Confesé.

Me llamó Rina, aquella chica extraña que conocí cuando llegué al dichoso lugar. Sólo me dijo que quería encontrarse conmigo para hablar del contenido de la caja, nada interesante. Está bastante emocionada con ello.

Conseguí averiguar de dónde procedía ese olor pero prefiero no hacerme ilusiones con ello, ahora sí que quiero pensar que estoy loca aunque sepa que no lo estoy.

Simplemente intentaré no pensar en lo ocurrido e intentaré soñar con tripas. Creo que eso es lo mejor que puedo hacer teniendo en cuenta que ya llega el fin de semana y odio los fines de semana, son tremendamente horribles.

Si me preguntaran por qué les respondería que por el hecho de ser los últimos días de la semana en los que la gente no tiene que ''trabajar'' o ''estudiar'' así que aprovecha para irse de acampada o ir a visitar a gente y es algo que odio.

En fin...siempre podré pensar que todos los días son lunes pese a que mi vida haya dado un giro radical con ese maldito olor. ¿Por qué siempre acabo acordándome de eso? ¿Es qué no puedo olvidarme de ello aunque sea por unos minutos?

Sólo se me ocurre una palabra qué decir: AGONÍA.


lunes, 24 de enero de 2011


Otra noche más en la que sueño algo y no recuerdo el qué. Bueno, realmente no me importa. ¿De qué iba a servir soñar con pollitos amarillos que están siendo devorados por vacas? Para soñar ese tipo de cosas, prefiero no hacerlo.

En cuanto a esa caja, conseguí abrirla.

Hoy tengo de cena pollo con aceitunas y teniendo en cuenta mi gran odio hacia las aceitunas no me alegra mucho esa noticia. Según dicen, mañana me harán confesar y yo sigo sin sabe qué es lo que tengo que confesar.

En fin, hoy es lunes pero a mí me parece que es un frío y largo miércoles en el que siento como si me hubiera atragantado con un largo espárrago mientras expulso agua por la boca. Si, es una sensación poco agradable pero en realidad he de admitir que es bastante interesante.

Hoy me desperté con una marca en el brazo. Tenía la forma de la caja.


jueves, 20 de enero de 2011



Hacer memoria...me piden que haga memoria.¡¿Cómo voy a hacer memoria si me toman por loca?!
En fin...es evidente que tampoco voy a hacerles caso, no tengo por qué y además todo lo que ocurrió me lo quiero guardar para mí puesto que no serviría de nada contarlo, de hecho, si contara algo acabarían haciéndome creer que estoy loca y no lo estoy.

No puede ser. Me siento...me siento tan fría por dentro y tan caliente por fuera. Veo algo negro en la esquina de esta habitación.
¿Qué es esto? Es una especie de caja que no consigo abrir. Algo me dice que tiene relación con aquel suspiro, ¿será cierto?

¡Oh, no! ¡Otra vez ese extraño olor!
En realidad, eso es bueno porque quiere decir que todo tiene relación sino no lo habría vuelto a oler justo en este momento cuando he encontrado esta caja que nunca antes había visto.

Sólo sé que sigo sin tener miedo. Estas cosas tan extrañas me hacen pensar y a la vez vivir una especie de aventura en la que yo misma soy la protagonista, así que, me gusta y aunque parezca extraño, me entusiasma demasiado.

martes, 18 de enero de 2011



La habitación era oscura, aunque cualquier persona diría que era de un color rosado por la iluminación que daba esa vela que él había encendido unos minutos antes.

De repente, escuché un suspiro. No me asusté aún sabiendo que me encontraba sola en el cuarto, que me encontraba sola en ese piso, pero teniendo en cuenta que tenía la puerta totalmente cerrada y las ventanas también, no podía ser una persona lo que había suspirado así que no tenía por qué tener miedo.

Eso fue lo que pensé en ese momento. Quizá en otro, habría pensado todo lo contrario. Por ejemplo, en caso de pensar que un bebé podía ser pisoteado por su propio padre mientras éste disfruta haciéndolo. Si hubiera pensado eso en ese momento, me habría asustado.

De todas formas, eso ya no tiene importancia, lo único importante aquí es aquel olor tan desagradable que empecé a percibir de repente...primero un suspiro y después un olor desagradable, ¿qué debía pensar?

Nunca llegué a la conclusión de estar loca, de hecho, ni se me pasó por la cabeza aunque ahora es lo que piensan todos ellos. Sé lo que percibía y sé que no estoy loca, da igual lo que me digan, lo sé y punto.

Esa es mi mayor y única certeza: no estoy loca.